Cumplimos y cumpliremos, y así lo hicimos puntualmente con nuestra condena (por delitos contra la salud).
Y como profesionales que somos, con la frente en alto regresamos, más sabios, más interesados en su fiel organismo: la mano no nos tiembla, el tapabocas ya no nos causa nauseas, los crocs no nos restan hombría y a Falopio ya no le tememos: ¡que toque sus cornetas, no pasará!
Un inquietante pálpito nos dice que aún reservan un cálido rinconcito de su ser para nosotros; gracias.
Así, les dejamos un remedio tradicional e infalible para la carraspera que aqueja nuestro tiempo.
Sin hacerla de tos —ojos negros—, regresamos.
¡Salud!
2 comentarios:
Aaaaaaaaaaaah!! Todavía hay vida en este planeta. Gracias mi caballero de piel morena y ojos bailarines, me ha vuelto a la vida.
Me ha resucitado con esas prodigiosas manos ♥
Ojala no tarde mas, mi presion sanguínea empieza a descender...caballero de piel canela.
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